¿Por qué un encuentro anarquista del libro y por qué 6 años después?

Nos alegra anunciar que volvemos a la carga con una nueva edición del Encuentro anarquista del Libro de Santander. El primer encuentro fue en 2018. Aunque estamos acostumbrades a que este tipo de eventos se organicen de manera anual, nosotres nos hemos tomado un cierto tiempo. El suficiente como para que, al volver a reunirnos, una de las primeras preguntas qué nos hemos hecho es ¿por qué un encuentro anarquista del libro?

Precisamente, como su nombre indica, porque hemos sentido la necesidad de tener un “encuentro”. Un encuentro motivado por diversas razones: por la importancia y la necesidad de generar espacios comunes para les anarquistas de Cantabria. Espacios que en estos últimos años se han ido marchitando y empequeñeciendo en detrimento de otras propuestas políticas no afines e incluso claramente hostiles a nuestras ideas. Sentimos la necesidad de compartir e intercambiar las ideas anarquistas entre nosotres mismes y con compañeres de otros territorios. También queremos apostar por la cultura y la diversidad que definen al anarquismo, por hacer una labor propagandística y mostrar “hacia afuera” aquello por lo que luchamos a diario, por contribuir al debate, por organizarnos.

Por otro lado, pensamos que es importante, al igual que se hace en otras muchas partes, poner aquí en valor la amplia producción bibliográfica que bebe y nace a partir de las ideas que surgen del anarquismo, y también la indudable labor y dedicación de las personas que lo hacen posible, desde las individualidades, a las personas organizadas en colectivos, distribuidoras, librerías afines, editoriales, las personas que hay detrás de cada autoría y las que leen… Todos estos elementos motivan y dan sentido a estos encuentros, como plataformas de difusión y espacios de compartir y de aprender, de expresión. No queremos que esto sea una simple feria del libro, aun siendo el libro su protagonista. Queremos que se lleven a cabo actividades, charlas, talleres, expresiones políticas y artísticas diversas, intercambios de ideas que, pensamos, hacen de estos encuentros una herramienta esencial y necesaria para nuestras luchas.

¿Y por qué 6 años después?

El primer encuentro del libro anarquista de Santander se produjo en un momento en el que el ciclo político iniciado tras el 15M todavía no se había agotado del todo y se nutrió de acontecimientos políticos relevantes que se estaban produciendo en ese momento como la huelga feminista del 8M de 2018. Esto, junto con los azares del destino, hicieron que un buen puñado de anarquistas afincadas en Cantabria coincidiéramos en diversas luchas y resistencias.  El CSO La Lechuza agrupó parte de esas energías que llevaron y motivaron la organización del encuentro. Lo sentimos por aquel entonces como un éxito, y así ha quedado en la memoria de la mayoría de las personas que participamos de ello. Lo fue no sólo por el hecho de sacarlo adelante, sino porque tuvo una acogida enorme, porque sirvió para tejer redes y para juntarnos desde dentro y fuera de nuestras fronteras territoriales.  Fueron 3 días de absoluta implicación, más meses previos de trabajo. Lo dimos todo y abarcamos todo lo que nuestras mentes y nuestros cuerpos podían abarcar, y gracias al apoyo de muchas personas y colectivos salió adelante. No podríamos ponerle palabras a esa sensación.

Pero tras este hito en la historia reciente del anarquismo cántabro sucedieron años difíciles. El propio agotamiento generado por el encuentro, crisis internas en el CSO, la pandemia y el fin del ciclo político antes mencionado, así como nuestras propias circunstancias personales, mermaron las ganas y las fuerzas de asumir y organizar otro encuentro. Habíamos vivido de seguido varios conflictos políticos y personales. No hay más que morbo en entrar en detalles, pero es una realidad que en los movimientos sociales las desavenencias causan estragos y la gestión de estos conflictos pone sobre la mesa nuestra falta de herramientas para resolverlas en muchos casos con diversas consecuencias, como ha sido este largo parón.

Pero no todo es pesimismo. Muchas de las personas que participamos del primer encuentro nos hemos vuelto a juntar, demostrándonos a nosotres mismes que los vínculos que tejimos en aquel momento no se han desecho, sino que, por el contrario, se han fortalecido. Sin ellos, plantear este segundo encuentro no habría sido posible. El proceso de organizarlo nos ha servido para poner en común estas vivencias pasadas, aprender de ellas, para seguir construyéndonos y mejorando y, en definitiva, para reforzar las redes existentes y tejer nuevas. Se cierran puertas, pero se abren ventanas. Seguimos adelante, y con muchas ganas.